Diana Romero : 2020-05-17

Fuente Milenio

La idiosincrasia del mexicano frente a las tempestades, siempre tenemos un juego donde hacemos fiesta, acostumbrados a reírnos, hacemos de la muerte una festividad, acostumbrados a decir “me lleva la fregada” como una forma de comentar en alguna situación. “De broma en broma la verdad se asoma” de broma en broma la vida se escapa.

Somos expertos en todos los temas y tenemos un amigo que #DePrimeraMano, tenemos un miedo pero nos sentimos invencibles, de una y mil forma hemos salido, estamos acostumbrados a la crisis y solemos decir somos bien chin…s. Nos asombramos de los niveles de casos positivos por el #Covid19 cuando en realidad en la cuarentena nos ´pasamos en un verdadero jolgorio, la primera semana de la cuarentena aprovecharon para irse a amontonar a Acapulco o cualquier otra playa, amontonados en metro cuadrado para no extrañar el metro.

Nos pedían #QuédateEnCasa, pero argumentábamos ¿quién me va a mantener? pero si había dinero para las fiestas, la sana distancia, pero no podemos usar #Cubrebocas, pero si podemos andar libremente haciendo vida social. Porque la vida es para vivirse una vez, total de algo nos tenemos que morir. Creyendo que nada pasa ¡solo son cosas que el gobierno inventa o a mí no me va a pasar! en días pasados murió un hombre que por sus antecedentes penales, su falta de racionalidad, sus tendencias religiosas, en algún momento dijo “mi santita me protege no me va a pasar nada, si me protege 1de mis enemigos que si son cabrones”.

Acostumbrados a vivir en conglomeración en unidades habitacionales, en casas de familias “muégano” por qué te llevaron a vivir con la suegra y cinco nueras más, a transportarnos en el camión con el típico “pásele pa´ tras” con ese tono característico, a ir al mercado, a las micheladas tan características de los mercados populares escondidos tras una puerta de una casa en el patio, sentados en un pedacito de jardín y con toda la banda malandra, las variedades con fruta (a pesar de la escases de cervezas) con el rólala y no puede faltar el cigarro económico de procedencia de quien sabe dónde y el típico dame el tren y se comparten el cigarro y el churro de mota que hay que hacer y darle el sellado con “saliva”.

Y ese mismo tipo de jóvenes son los que han estado convocando a las fiestas de inmunidad del rebaño, a perrear, a hacer el negocio, ya que los bares están cerrados así que un montón de adolescentes pagan sus treinta pesitos exponiéndose a diferentes delitos y al riesgo de #Covid19

Pero no solo son ellos los que se exponen por que se creen invencibles, siguen los junior´s como si tener un BMW impidiera que te mates o que te haga invencible, si corriendo estos en la autopistas, aumentando los accidentes de tránsito con indicadores mortales porque si con las heridas y traumatismos eres frágil de salud ante un hospital que de por sí ya era un caldo de cultivo, hoy es más imprudente ir al hospital, con doctores preocupados por sí mismos, por su familia y por las largas jornadas laborales. Saliendo a hacer reuniones privadas con amigos, preocupados por el gimnasio, quejándose de los lugares cerrados, de la falta de GYM de Salas de belleza, los restaurantes. Y no falta el que dice “vivo al día” los negocios no fluyen, y si la situación económica para muchos o todos es compleja.

Pero, en las reuniones en casa de alguien con las botellas al lado, porque “sino me curo se me olvida”. Eso le pasa solo a los que andan en la calle sin cubrebocas, Tenemos mucho cuidado. En cuanto dijeron que podía ir haciéndose un levantamiento de la cuarentena de forma progresiva.

Ignoraron el hecho de los Municipios esperanza, o bajos niveles de contagio, en días pasados me llamo una chica que para vender unos sartenes y le comente el hecho de la cuarentena, me dijo “pero ya se va a acabar la cuarentena a partir del 18” (nadie me mostro la notificación que al virus ya no le permitían andar contagiando) y el primer domingo en que podía ir levantándose la cuarentena paulatinamente salieron como chivas locas corriendo cuando les quitan las trancas del corral, abarrotando los lugares de venta de cerveza ( pueblos mágicos).

Quizá por esta razón es que los jóvenes muertos y contagiados es mayor, porque nos sentimos irresistibles, e invencibles, hemos aprendido a sobrevivir, a los sismos, a las crisis, a las pandemias, al aumento de delitos y violencia, a la aparición de nuevas drogas y a los retos sin sentido de las redes sociales. A hacer el ridículo una y mil veces al acoso escolar de la niñez, a las irracionalidades de la juventud antes del internet y ahora a hacerlas públicas.

Quizá los adultos mayores como mi madre, que sobrevivió a la segunda guerra mundial (solo en contexto) y mi padre con varias operaciones a corazón abierto, aprendieron el significado de la vida, que han tenido que labrar un porvenir y construir una familia se resguardan en casa valorando lo que tienen, vida, una familia, los nietos, desempolvando los títulos de los hijos. Mientras que los jóvenes tuvimos una vida más cómoda, donde todo obtuvimos fácil, el juguete caro que no supimos cuánto costó y desdeñamos pronto, el auto en la adolescencia que chocamos y se repuso de inmediato. Pero igual que al otro lado de la ciudad otro joven, dejo la escuela, la adolescente dejo su casa y la escuela pensando que el tipo de la esquina era la solución al abandono de su casa, a la violencia y el mismo que la dejo un tiempo después ¡para que hacer una familia si sabe que en cualquier momento pierde la vida por un asalto o las drogas! Ese mismo que su vida se reduce a embriagarse el fin de semana para olvidar un poco la realidad, muestra el gallito de marihuana, le nubla los recuerdos en donde no tiene nada que perder.

En ambos lados crecimos en la incertidumbre, en el riesgo, en un cambio de situación económica, algunos en un mundo que vio trasformaciones y dejo la división con un muro de Berlín y querer otro muro de América del Norte, la separación de Europa con gris Nacionalismo a Unirse todos bajo una bandera. Los esquemas comerciales cambiaron, las habilidades y competencias se hicieron más amplias para tener un trabajo, el cual poca seguridad genera, ya que siempre habra alguien con recomendaciones o que tenga una mejor preparación