jueves, 29 de octubre de 2020

En el Reino de los sordos. El visco es el inquisidor.


En estos momento de siete meses de pandemia, de que el mundo con el que comenzamos el 2020, se fue desmoronando, hemos visto muchas anécdotas, muchas personas jugar con la salud, de los demás la responsabilidad de cuidarnos seguimos dejando de lado, como por lo regular cuando vemos el colectivo, dejamos al otro la parte de cumplimiento, lo vemos como una costumbre de poder caer en la morosidad de cualquier servicio, total nada se pierde por que no page yo. 

Vamos dejando en otro la responsabilidad, y cuando el toro falla en algún detalle, solemos resaltar con adjetivos, señalamos. Por qué olvidamos que lo que nos choca nos checa, en estos meses la incapacidad de tener una salud emocional estable, y vivir siempre tratando de romper la norma, como aquellos chiquillos que pedían a gritos un poco de atención, así como quizá buscando enfermar para ver si así alguien nos tiene conmiseración, y nos da caldito de pollo, pero en esta ocasión, nadie vendrá con un paliativo, para remediar los malestares, que enfrentamos de la economía, de incertidumbre laboral y sintiéndonos un poco burlados, porque como muchas veces escuchamos promesas en campaña y al final solo quedan en promesas, son pocos los políticos que buscan un fin común, que buscan el bien general. son menos los políticos que tienen una sensibilidad. 

Veo a los feligreses desbordarse al templo de San Hipólito, sin temor, mujeres embarazadas, niños y Adultos Mayores. Escuchaba en una reunión sobre adjetivos, que nos ponen en tela de juicio a todos, sobre la cultura de respeto, decía un amigo, así bajara la delincuencia. Será en verdad esto o aumentará el número de defunciones, el numero de contagios y el sistema de salud una vez mas al colapso, cuando te das cuenta de cuantos han muerto, y escucho a los familiares justificar, no el murió de infarto, no le dio neumonía, de viejita, lo pusieron en coma por que el llevaba la presión alta, bien tenemos una baja cultura de cuidado de la salud, porque mucha economía informal y formal esta basada en la comida chatarra, y por qué una coca-cola y un gansito aportan suficiente azúcar para poder mantenerse en pie, para que gastar en complementos multivitamínicos si con trabajos alcanza para la sopa. Te das cuenta de que el peso afecta, que obvio entran en coma por el dolor al sentir el tubo pasara por la garganta, no importa si estas anestesiado, claro que caen en coma por el dolor y por la falta de oxigeno en el cerebro, si murió de neumonía a típica, por que su sistema respiratorio colapso por no poder desazolvar, por una mala alimentación. 

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Así vemos hoy en día a todos en San Hipólito, y no es que no respete sus creencias, si no que ellos o respetan las reglas y no es solo su salud, cada uno de ellos expuestos a una persona contagiada a cinco metros podemos esperar una reacción en cadena que se debe multiplicar por tres, ya que algunos pocos, no muestran síntomas, algunos no muestran síntomas hasta los nueve o diez días, algunos muchos solo en días pueden colapsar, y eso no hará volver a semáforo rojo, afectando mas a las empresas y a los empresarios. Cuando una baja en la economía, y no falta los acaparadores que empiezan a comprar a bajo costo cosas por que muchas familias tratan de mantener a grandes esfuerzos un nivel de vida de sus hijos; tampoco falta el que abusa de la confianza en las inversiones y roba el patrimonio familiar, así a la vieja forma inquisitorial, buscando como aprovecharse de la necesidad o de acusaciones para realizar despojos. Pero hoy vimos a varios ignorar todo protocolo, ignorar las advertencias quizá solo delata lo que hemos visto durante muchos meses, las fiestas de rebaño, la población muchas veces en los mercados sin cubrebocas, la gente olvidando que esto existe, buscando como un argumento frente a la muerte. Por desanimo, por angustia, por la depresión. 

Aprendimos que la vida cambia de un momento a otro, que las cuestiones económicas se pueden vislumbrar pero no necesariamente son controlables, los bancos ofrecen créditos, con prudencia, los despachos de reestructuración de cartera, van en crecimiento sus solicitudes, las empresas tiene miedo de invertir, las empresas extranjeras tienen, un alejamiento de México por temor a perder, por tener el yugo de cuestiones normativas, fiscales y bajos niveles de estímulos. La rotación de empleados, por cuestiones de cargas de trabajo, bajos niveles de satisfacción salarial. 

Los emprendedores, son un sector desprotegido, que también deben lidiar con las cuestiones sociales, familiares y económicas a la deriva, ya que no cuentan con herramientas de apoyo, o servicios sociales. En estas condiciones tiene procesos de complejidad emocional, son los que se preocupan por esos temas ya que ven ante un semáforo rojo un nuevo momento de incertidumbre, de estar alejados del soporte social, de no tener en este momento muchos la forma de una reserva monetaria para poder resistir, hoy en san Hipólito vemos, una serie de personajes y personalidades, llenos de su devoción. De emoción y de esperanza, o solo por compromiso, muchos otros buscando tratar reactivar, la economía, con las portadas y ofrendas, cuando los sembradores de cempaxúchitl se resignaron a perder este año, por falta de venta, tenemos como ejemplo las caricaturas del correcaminos que hace planes y todo le sale mal. Pero quizá es momento de entender el punto de una adecuación tecnológica, un proceso de apoyo a la tecnología y la economía, no tratar de buscar culpables. 

Diana Maria Romero Villanueva





2 comentarios:

  1. Estupendo analisis de lo que vive nuestro actual sociedad.

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  2. Muy cierto todo ojalá que lo sepamos analizar y llevar a cabo con ayuda de todos se puede lograr mucho

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